La natación es un deporte ideal para quienes quieren empezar a experimentar los beneficios de los deportes acuáticos. Es un ejercicio excelente que te ayudará a mejorar tu condición física, desarrollar tu coordinación y fuerza, relajar tu mente y fortalecer tu cuerpo. Sin embargo, empezar desde cero puede ser intimidante y confuso a la vez. Si quieres dar el primer paso para ponerte en forma en la piscina, estamos aquí para guiarte a través de una sencilla rutina, diseñada para ayudarte a convertirte en un nadador competente.
Consejos generales para principiantes
Antes de empezar cualquier nuevo régimen de ejercicios, debes tener en cuenta algunos consejos básicos. En primer lugar, asegúrate de que te estiras y calientas adecuadamente antes de empezar a nadar. Esto ayudará a reducir el riesgo de lesiones y garantizará una experiencia más agradable. En segundo lugar, escucha a tu cuerpo y haz las cosas a tu propio ritmo. No te fuerces demasiado, sobre todo al principio. Por último, elegir el equipo adecuado es esencial para que la experiencia sea un éxito. Asegúrate de invertir en un buen par de gafas de natación para proteger los ojos, así como en un bañador y gorro adecuados.
Ahora veamos una rutina de natación sencilla y eficaz, perfecta para principiantes que acaban de empezar.
Empezar a nadar
El primer paso para convertirte en un nadador competente es aprender las brazadas básicas. Las brazadas más comunes son el crol, la espalda, la braza y la mariposa. Si eres un principiante, debes empezar practicando el crol, ya que es el estilo más fácil y natural de aprender. Una vez que domines la braza, puedes empezar a practicar los otros estilos.
Empieza de pie en el agua, con los pies separados a la altura de los hombros y los brazos extendidos hacia delante. A continuación, mueve las piernas en un movimiento constante y rítmico, y mantén el cuerpo lo más recto posible. Empieza por la postura básica, es decir, de pie en el agua con los pies separados a la altura de los hombros y los brazos extendidos hacia delante. A continuación, mueve las piernas en un movimiento constante y rítmico, y mantén el cuerpo lo más recto posible.
Pasando al nivel de principiante, el crol puede practicarse ligeramente más profundo en la piscina. Empieza por mojarte la cara y respirar en el momento adecuado: esto requiere práctica, pero al final se convertirá en algo natural. Debes propiciar una brazada larga y enérgica con el brazo, asegurándote de mantener la mano en punta y los dedos juntos.
Una vez que te sientas cómodo con el crol, puedes pasar a dominar la espalda. La espalda es esencialmente igual que el crol, pero debes mantener la cara fuera del agua y usar una brazada de brazos por encima de la cabeza. Asegúrate de mantener un ritmo constante y uniforme, y el cuerpo lo más quieto posible mientras nadas.
Cambia las cosas con un entrenamiento sencillo
Una vez que domines las brazadas básicas, es hora de empezar a practicar ejercicios y rutinas de natación sencillas. Un entrenamiento sencillo y eficaz de natación para principiantes se llama 4×25. Se trata de un entrenamiento de intervalos que consiste en cuatro sprints de 25 metros con un descanso de 20 segundos entre cada uno. Se trata de un entrenamiento excelente para mejorar la velocidad, la resistencia y la fuerza muscular al nadar.
Cuando empieces, debes nadar a un ritmo cómodo y moderado y centrarte en la postura y la técnica. A medida que te vuelvas más hábil, puedes empezar a aumentar la velocidad a un esfuerzo moderado y luego a un esfuerzo fuerte, intentando al mismo tiempo mantener una frecuencia de brazada constante.
Es importante recordar que debes tomarte descansos cuando los necesites, y que no debes esforzarte demasiado. La natación es un ejercicio fantástico para todos los niveles de forma física, y puede ser tan eficaz para los principiantes como para los nadadores experimentados.
Desarrolla una rutina y fíjate objetivos
Ahora que has dominado las brazadas básicas y has comenzado a practicar algunos ejercicios sencillos, es hora de empezar a desarrollar una rutina de natación. Nadar con regularidad te ayudará a mejorar tu técnica y a aumentar tu resistencia. Procura realizar de dos a tres sesiones de natación a la semana, y estira, calienta y enfría antes y después de cada entrenamiento. Practica con regularidad y verás cómo mejora tu forma física.